y nuestras cabezas permanecen imperturbables al compás de una música celestial que nos ensimisma y nos abduce a lo más profundo de nuestro cerebro, perdiendo todo contacto con nosotros mismos y consiguiendo que en un momento determinado de nuestra existencia nuestros actos estén sujetos a calificativos despectivos y a veces perceptivos de ser llamados psicopáticos. Eso es lo que aglutina a nuestra política, seguridad, justicia, religión etc. a tomar, proclamar y dictar sentencias como la del Estado Español contra un niño de 5 años, al hacerle responsable de las deudas contraídas por su padre, en vida. 17.000 euros son los responsables de esa sentencia, amén de menos preciar el por qué el padre tomó la decisión del suicidio ante la total pérdida de formas y maneras de pagarlo. ¡Qué brillantez de mentes nos representan!
No es la primera vez que deshojamos la margarita de la psicopatía de nuestros políticos. Eso son los que gobiernan el mundo. Psicópatas contra sus congéneres, en beneficio doloso hacia sus personas.
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