han llegado a la conclusión de que: ninguno de los dos va a dar declaraciones, a los medios, ni aunque la muerte les asista. Tan importante ha sido la entrevista... que la conclusión es llevarse a la tumba el secreto de lo acordado. Es como decir que se han encontrado como buenos amigos gallegos y que Yoli le ha invitado a su colega Feijóo a cenar... con lo que ello lleva adherido en el desayuno del día siguiente. Y es que Yoli es muy cariñosa y le da por besar a todo homónimo que se le presente y si es gallego... haberlas, haylas.
Desde los principio supimos que la llegada de Feijóo a Madrid era una machada del PP. Por aquello de recordar la tierra del fundador Manuel Fraga. Nada que ver. Por muchos gallegos que lleguen a Madrid, como cofundadores, nada de nada. Y menos si en esos encuentros se encuentra Yoli por el medio.
Los buitres no andan en manada. Al igual que Yoli bracea en busca de la caña capaz de pescar al tonto que se deje sobornar. Por eso es preciso las entrevistas tet a tet, y después en grupo. A rematar la faena del posible gatillazo del principio. Es todo tan a la Irene Montero que a cualquiera le puede dar un gatillazo, un espasmo de minuto, o el Alzheimer, de escucharla defendiendo lo indefendible. Esa señora es una paleta... pero de las de estucar paredes. Que nos lleven los demonios si volvemos a caer en manos de estos majaras, los próximos cuatro años.
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