miércoles, 14 de septiembre de 2022

al menos sabemos

 el cuándo, el cómo y el porqué llueve, <<o no>>, por ciertos territorios, países o continentes, elegidos en reuniones de acuerdo a las necesidades climáticas que requieran obtener para unos fines determinados. 
El constante pasar de aviones por encima de nuestras cabezas, nuestros cielos, nuestras capitales y campos... regando sin parar con ese polvo blanco..., nos lleva a pensar que han conseguido manipular la atmósfera y controlar la lluvia y la sequía. De este modo pueden influir en el flujo y reflujo, de veraneantes, de unas zonas a otras, haciendo de la temperatura agradablemente soleada <<o no.>> 
Todos hemos escuchado que China dispone de un aparato para hacer nubes, llevarlas hasta el lugar necesario, y hacerlas llorar. Alemania tiene otro artilugio para el mismo fin. No me extraña, por tanto, que el cambio climático sea devenido por la mano del hombre... pero de aquellos hombres con ambición preñada de dinero. ¿Acaso les interesa que dichas lluvias o sequías sean nefastas para la siembra fuera de la estación de cultivo? No. Les importa un bledo que los agricultores, ganaderos y animales, en general, se vean dentro de una vorágine de detractores a sus habituales sistemas de vida. El caso es controlar el agua, y pagar por cada gota derramada con artilugios varios. 
 Las autoridades llevan a cabo operaciones de siembra de nubes a la provincia de Hub ei 
(Los aviones, también conocidos como "cazadores de nubes"; disparan al cielo pequeños cohetes con varillas de yoduro de plata que forman cristales de hielo. Cuando entran en contacto con las nubes, estos cristales hacen crecer la humedad y permiten liberar más lluvia.) Con esto y un bizcocho...

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