Médica y Madre (MEMA), ha puesto a Sánchez, su adversario político, bajo las patas de los caballos.
No me extrañaría que la ciudadanía española pidiera, de una vez por todas, elecciones anticipadas para tirar al mentiroso, número Uno, de la Moncloa, a donde nadie debió haber metido.
La cara de Sánchez lo dice todo. No sabe dónde meterse, después de la propaganda (gratuita) que le ha hecho Yolanda, su partenaire.
De esta las maletas deben estar hechas y preparadas para una salida, a lo Puigdemot, con la patadita que le ha endosado, sálveme nombrarla, la Yolanda de cuento infantil, al ególatra Caballero Negro. Y es que son tantas las mentiras que han estado pronunciando y tantos los micros que las han recogido que, hoy, salta todo por los aires al destapar que, de la pandemia, lo sabían casi todo y aún así, se fueron de partenaire feminazi el 8M. Y de aquellos polvos estos lodos.
Hay un refranero español que dice: <<Antes se coje a un mentiroso que a un cojo>>, y es tan real que asombra al que lo puede comprar. Así, de esa guisa, de ojo saltón, ha quedado Sánhez cuando se ha enterado de la cuerda podrida que le ha tendido su primera vocera. Sánchez está acabado y hundido.
¿Que doy la sensación de alegría?
Un monton; no lo puedo remediar, ni negar. Son dos sentimientos que son difíciles de ocultar hasta para el más profano. Estas meteduras de pata cuando no se sabe bién dónde estás y en qué medio largar más de la cuenta... pues pasan estas cosas para beneficio del pueblo. Fuera mentirosos, fuera comemierda, fuera zurdos asquerosos de España. Y, con ellos, fuera los asalta estados, los etarras, y todos los antiespañoles. Y si se revelan contra el Estado, no hay más..., que apoderarse de las administraciones y sacar de ellas a todo aquél que no jure lealtad al Rey, a España y su bandera. Ningún traidor por acto u omisión. Y los primeros en salir deben ser los etarras, y segundos los separatas catalanes.
Vaciar de traidores las instituciones públicas, las administraciones públicas, y mandar a los insurrectos a Bruselas, con Puigdemont. O donde se encuentre. Así, juntitos, podrán compartir el chalet que nos cuesta 4000 € al mes. El que quiera chalet que se lo compre de su curro. Y el que no, pues será otro español más en camino de poderlos ganar, para gastar. Nada de pagarles un sueldo que no se han ganado, y repartir esos dividendos en los españoles que no lleguen a fin de mes. Al carajo todos estos guarrindongos de mesa y mantel. A cavar al campo. O a rebajar los Pirineos a base de pico y pala. Así sabrán lo que les ha costado a los españoles mantenerles durante tanto tiempo.
Bendito sea Dios, que nos ha echado una mano a los pobres de espíritu. A los de mucho espíritu, la mano, se la echa el Papa Franc.
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