martes, 15 de diciembre de 2020

no me voy a vacunar...

Ha dicho el presidente de Brasil, Bolsonaro. 
Ha dejado claro que no tiene confianza en las vacunas... y que no se hace responsable por los efectos secundarios que pueda tener la población, producto de la misma. 
Al menos hay alguien de presidencia que teme la reacción que puedan provocar las vacunas en la población. 
Ya nos venía oliendo mal que determinados presidentes tengan a bien vacunar a las poblaciones sin haber tenido tiempo de probar el producto. Todo el mundo profesional de la sanidad dando por bien cumplido el tiempo de 3 a 5 años para una vacuna decente y resulta que, con menos de un año, salen al mercado cinco o seis vacunas distintas para lo mismo. No cuadra. 
Fijaros bien que Bolsonaro pone puntos interesantes en los que nadie ha dado razón:
Esta vacuna de ahora, 
--¿qué validez tiene? 
Si la tomas hoy, 
--¿Cuánto tiempo permanece uno inmune? 
--¿De aquí a cuánto tiempo hay que tomar otra dosis? 
Pero el presidente habla de Tomar y no de Inyectar. ¿Por qué?
Cuando él estuvo enfermo de Corona ¿le dieron a tomar la vacuna? 
Él comenta que no se va a vacunar...; por lo que pienso se trata de otro tipo de medicamento. ¿Cuál?
Mira que lo hacen difícil a la hora de jodernos vivos. 
Así: 
¿Cómo van a mantener a la población con la confianza de tener unos dirigentes o mandatarios serios?
La verdad es que da grima tener que tomar la decisión por uno mismo cuando no tienes pajolera idea de lo que te van a inocular. 
En fin, amigos,
hay que tomar una decisión ante el peligro... aunque, antes de empujarte al abismo, te hagan firmar la conformidad de que te van a empujar al abismo.
Ahora entiendo que no vayan a darnos una cartilla de vacunación, puesto que, con la conformidad de puño y firma, te tienen del lado del Diablo. Luego, después, tendrás que confirmarte con la siguiente toma. Primero el bautismo y después la confirmación.

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