pie tras pie....

voy andando las calles de Valencia como buen jubilado, a falta de obras y albañiles a los que enseñar sus oficios. A falta de esos desventurados del ladrillo, se han asentado en las aceras hombres y mujeres tirando de botellón. Hoy he quedado sorprendido de ver como en los aledaños de la antigua Fe, y entre setos  y pared perimetral, se habíian acomodado una pareja a modo de vivienda temporal. Éstos son aquellos niños que jugaban a ser médicos, bomberos, policías, hombres y mujeres con las ilusiones perdidas un día determinado del calendario. Todo ha quedado en aguas de borrajas y hasta los niños (que fueron) se han perdido en el camino. Eso, sí, velan la noche entre trago y trago de vino barato o cerveza caliente y expresan sus pensamientos con una lengua que por, el alcohol, no les cabe en el paladar. Y farfullan palabras inconexas como los crios cuando empiezan a hablar pero... eso les da igual. Aquel que tienen a su vera está en la misma escuela de oyente.
El sol cabalga conquistando a la noche vencedora del día anterior, y ellos se acurruan al calor en espera de un ada madrina que les transporte a un mundo mejor. La imperfección se dará cuando: el hambre, la sed, o falta de calor les devuelva, de nuevo, a su ´Torre de Babel.