es el individuo que quiere imponer Eta en la zona vasca (parecido al vasco que, por miedo a los etarras, les susuraba por dónde iban las fuerzas del estado para darles esquinazo) como chivato del Euskera a quienes no saben, no comprenden o no quieren saber ni comprender el vasco, vascuence o como se diga. La imposición de Eta a conocer el vasco es semejante al tiro en la nuca que, antes de entrar en las administracciones públicas, practicaba con los vascos o vascas, tiempo atrás. Ahora quieren distinguir a quines no hablen el vasco con un distintivo a como los nacis hacían con los judios: una estrella en la solapa o a los homosexuales: un triángulo invertido rosa. Ver más abajo.
La serpiente etarra palpita como la del escroto en la entrepierna del cura. La primera quiere conquistar los fueros y los impuestos para aquietar su furia, y la segunda... descargar la furia psíquica retenida. Los emblemas de ambos Club: las serpientes (véase la del Edén: descendente; la de Eta: ascendente) son embaucadoras, pelilgrosas, envenenadoras y asesinas. Los etarras utilizan las pistolas, bombas, etc. La curia: las pistolas, las bombas, la palabra y la daga (al igual que la lanza romana) para sesgar la vida en ofrecimiento ritual.
¿Nos sorprende, por tanto, que la Iglesia haya estado ligada a cualquier grupo terrorista, mafioso, naci? ¿Verdad que no?
Por favor, tiremos de España a todos... incluidos los catalanes y vascos independentistas, y dejemos sólo a los chinos que son conquistadores más moderados.
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