jueves, 7 de agosto de 2008

La sierra tumbada

La sierra tumbada
al valle moja;
el árbol, en su ladera,
la tierra aprisiona.
De los riscos
que ambos forman:
los ojos se divierten;
el alma se asombra.
Sediento el espíritu,
inquieto se remueve
en su aposento, y,
al vacío lanzarse desea
cual águila
en batida por la pieza.
Yo soy piedra;
Yo soy árbol;
Yo soy pieza
de la existencia;
cuando volar quiero
y no me dejan.
Dime valle -que
la savia transita
por arteria abierta-,
¿dó de siglos
la sabiduría sedimentas;
cómo abastecerse, hizo,
Adán con la culebra?
Desgarra mis venas,
vida,
sácame fuera.

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