pienso que la Secretaria de Estado de Igualdad, Pam Pata Pam, lleva razón. Allá donde te encuentres con un nutrido grupo de ministros, diputados, senadores, concejales, alcaldes, y funcionarios en general, con unos kilitos de más, como ella, pues creo que le da personalidad a las administracciones públicas. Le concede, igualdad y cercanía, con los gorrinos, marranos, zampabollos, tocinos, puercos..., pero de andar gracioso. Que del gorrino, los más entendidos, le han ensalzado hasta los andares. Cosa que no le han apodado, aún, a quien, como a Pam Pata Pam, les haya gustado algo. Esta individua es antipática por definición y excéntrica de pensamiento. Utilizar, recomendar la gordura como método inclusivo en el grupo donde se mueve... me parece patético, complejo de gorda y modelo de Fernando Botero.
Por favor
no nos riamos de personas que, como Pam Pata Pam, tengan unos kilitos de más porque pueden sentirse rechazadas por la sociedad y tomar medidas contraproducentes para su salud.
Muy a nuestro pesar debemos potenciar que Pam se sienta agusto consigo mismas y compruebe que ser gorda no es malo. Aunque sean los gordos quienes se digan siempre que, estar gordo, es síntoma de alegría, felicidad y simpatía. Gente a la que solo Irene Montero quiere a su lado para parecer más delgada. No sé si Pam ha caído en la cuenta de ese detalle. Aunque, para la cantidad de dinero que se llevan, les da igual cualquier síntoma, dejadez o extremismo, que puedan llevar a cabo.
En cualquir caso... me gusta que Pam se sienta autorrealizada junto a Irene y su pandilla. Esto quiere decir mucho en favor de ese grupo que han llegado a alcanzar el grado de indecencia como para pasar de todo lo que digan de ellas. ¿Qué son las más descerebradas? Sí. ¿Y qué? Se lo pasan por el coño. ¡Así va lo que tocan! Un desastre tras de otro.
Por favor
votadles de nuevo para que podamos decir que son de izquierdas y no de derechas.
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