miembros de la Santa Compaña

en eso se han convertido los zurdos mediante cuenta y resultado de las elecciones municipales y autonómicas de ayer domingo. Almas en pena en busca de consuelo en las nuevas elecciones generales para el 23 de julio. Elecciones anticipadas dado el resultado de los deseos de los votantes de todas las provincias... por mucho que la docta les eche la culpa a los que, libremente, eligen los designios de la Nación. Lo mismo podríamos decir los demás de las cuentas y resultados de los cinco años que llevan los zurdos castigando España. Y, ahora, que nos han puesto a caer de un burro por todo el globo terráqueo..., ahora vienen a decirnos que los culpables de las voluntades es de los que dan el voto al PP. Pues, ahora, que os den por c..., y a otra cosa mariposa. 

¿No ha dicho la docta cajera de supermercado <<que ahora todo el mundo tiene el mismo poder que los que mandan>>? 

Y, por supuesto, si los que mandan son como la colla de tarados mentales como <<tú>>, Irene, tu amiga Pam y el que se esconde entre las sombras de Moncloa, porque le han dado por saco todos los votantes con los que contaba. Y, sobre todos, Ayuso a quien odia con todo su corazón. Bueno, no sólo Sánchez la odia con todo su ego, sino todos aquellos que la tienen que ver cada día en los plenos madrileños. Menudo repaso os ha dado la población madrileña. 

Menuda hostia, en plena cara, os han dado de nuevo los madrileños. Según esta pirada los madrileños se han equivocado al votar. Claro, mejor hubiera sido para Madrid que les hubieran comprado los votos como tu jefe pretendía en algunas poblaciones. 

¿No os da vergüenda intentar manipular las elecciones comprando las voluntades? Por eso no quieren los zurdos que ni la Guardia Civil ni la Policia Nacional cumplan con sus cometidos allá donde haga falta. 

¡Cómo os han jodido la compra venta de papeletas!

Vaya mi enhorabuena a los cuerpos de seguridad del Estado por su buena labor como guardianes de los ciudadanos. Espero, que, las Fuerzas y Cuerpos del Estado..., terminen echando a los etarras fuera del País Vasco y de España. Y si no fuera posible...: introducirles, de nuevo, entre rejas.