amigos mios
una vez pasadas la Nochebuena y la Navidad, nos dirigimos sin tardanza al encuentro de la celebración de la circuncisión de Nuestro Señor Jesucristo. Ocho días después del nacimiento...: los judios tenían a bien circuncidar a los varones, a petición del padre de Jesús, es decir, Dios. Y, como era el pueblo elegido, pues los muchachos hacían aquello que alguien -que no conocían ni veían-, les decía que debían hacer con ellos mismos y con sus descendientes. De aquí que a Jesús le sometieran a la misma operación el día 1 de cada año, justo ocho días desde el nacimiento (25, 26, 27, 28, 29, 30, 31 y 1). Y aquí tenéis como la reliquia del cipote de Cristo se ha ido agrandando hasta conseguir hacer casi ocho cipotes más. Sobre todo, en los conventos de monjas, que son las que han custodiado el pellejo con más devoción. Pues bien, no creáis que lo del cipote no trae o ha traído miga... Desde la aparición de dicha reliquia, la curia, ha estado pensando y dialogando a puerta cerrada, de si en la ascensión a los cielos, el asesinado, se tuvo que llevar todos y cada uno de los meáos, cagáos, pelos, prepucios y demás partes del cuerpo, para llegar entero delante de su padre. Porque, amigos, es evidente que cuando vaya uno a resucitar de nuevo, todas sus partes deben estar unidas y completas porque, sino, el individuo andará, errará por toda la eternidad, sin encontrar el camino del Cielo. (Una tarugada como cualquier otra, pero así se las gastaba el Creador de todo lo creado). Y, como a los judíos ese proceder no les parecía bastante, pues cada vez que circuncidaban a un niño tenía, el sacerdote, que chuparle el pene. Una actitud que vienen haciendo hasta el día de hoy. Y como la curia no son los mismos -degún dicen ellos, sino que han cogido la misma costumbre-, le chupan la polla a aquellos niños que caen en sus manos y, mejor..., cuanto más jovencito sea el niño. Y como el loby gay también está entre las niñas casadas con Jesús.... pues éstas, se hacen libaciones de clítores, para desatascar el tubo.
Señores, que nos han tomado el pelo con aquello de que el 1 es el día primero del año a desvirgar. Es verdad que nos viene muy bien disfrutar de las fiestas... siempre y cuando, no vengan disfrazadas de lo que no son.
Y como estamos metidos en hariana, os emplazo a que visitéis la Iglesia de santa Catalina. -¿Por qué?, me preguntaréis-. A lo que os respondo porque os encontraréis en el Belén dos nacimientos: el nacimiento del niño Mitra o Apolo o Hermes: -que aparecen los pastores con cordero sobre los hombros-; y el Jesús de toda la vida, el cristiano:-aunque representen lo mismo. Este último tiene a los pastores Theihens, Menser y Saïr, adorándole. También se le representa con el cordero al hombro. Por lo que ambas representaciones están copiadas unas de otras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario