este, como véis, es el ángel caído. Aquél que Dios echó porque se reveló contra su forma de gobernar el Cielo. Y, como siempre, el que no llora no mama, y tomando la discordia como elemento tetil, se reveló contra su Creador por considerarlo un memo. ¡Y se salió con la suya! En realidad lo que Lucifer quería era quedarse con la Tierra y con todo lo que en ella cupiera o cupiese o engendrase... y el tío vive opíparamente en los humanos. No ha encontrado mejor emplazamiento que dentro de los individuos que poblamos la Tierra y que nunca podremos desterrarlo por tener su semilla en nuestro interior. ¡Nadie pudo pensarlo mejor! Y es que amigos, para llegar al Cielo es necesario plantar la semilla del mal y tomar consciencia de que existe para liberarla. Así, de este modo, alcanzar la claridad total de conciencia o la iluminación personal. ¿Y por qué pensamos que hay una cosa mejor, más perfecta...? Porque sabemos -por el mal-, que existe un bien superior y todos queremos alcanzarlo. Lo difícil es, ¡escarbar la tierra para subir al cielo! Cosa lógica si nos creemos materia solo. ¿Es esta mi conclusión? No. Yo la conclusión que tengo es que todos escarbamos tierra que nos sirve de última morada. Mi pregunta sería, ¿si conseguido un grado de vidente y evidente conexión mental superior, no alcanzaríamos la iluminación espiritual o unión físico-espiritual para la conexión con el Creador? ¿O por ende nos fusionamos con las demás entidades energéticas para Crear al Creador?
¿No sería más normal que el humano fuera el verdadero creador de Dios? Tal vez estas consideraciones fueran el motivo por el que Dios echó a Lucifer del Cielo. Tal vez no le convenía que supiéramos que los corderos son en realidad los pastores.
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