Atrás ha quedado la ciudad que vió nacer y crucificar al Hijo de Dios. Jerusalem ha quedado para el soporte diaconal de una religión en vias de desaparición. En vías de desaparición como antídoto moderno. Ahora se están llevando a cabo las verdaderas construcciones para dentro de varios milenios como las edificaciones en Astaná, Kazajistan. Un lugar de ensoñación para regocijo de los más pecadores -que no pescadores-, de los iluminati. Es una ciudad totalmente iluminati. Allí tenemos los más destacados y modernos edificios, como las más sofisticadas y modernas tecnologías. Fue el segundo lugar que visitó Rajoy cuando le hicieron presidente. Primero fue a Cuba a recibir el grado 33 masón, y después fue a Astanà a rendir pleitesía al presidente de la república, Nursultan Nazarbayev.




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