este es el resultado del control mental con el que nos tienen acostumbrados: a unos más que a otros. Unos lo padecen más que otros. Pero en definitiva el más o el menos no es lo significativo, sino que todos estamos de alguna manera conectados con la mente controladora. Adiós al libre albedrío. Ese libre albedrío con el que fuimos dotados cuando nos convertimos en seres humanos. Este es el verdadero motivo de tanto control: que perdamos nuestra capacidad humana de tomar decisiones. Y tomemos como necesario el disponer de un pastor que nos guíe... si es posible religioso. Este sería el verdadero cambio al Nuevo Orden Mundial o al Nuevo Orden Religioso con el que la Iglesia pretende apoderarse -de nuevo-, del control del planeta. No es tan descabellado si tenemos presente que el poder del mundo ya lo tiene el Vaticano. Siempre lo han tenido. Nunca lo han depositado en políticas ni en políticos que no fueran comunes a sus mandatos. Aquí estuvieron llevando la ruta de Franco. En Venezuela están llevando la ruta de Maduro. En Argentina... en fin, en todos los paises del globo; y aquellos que aún no estén hermanados, serán atacados con fuerza y como corderos volverán al redil. La globalización es la decadencia del ser humano en su estado natural de libre albedrío. Creo, con pesar, que todos somos Britney Spear.
Mirad, si no, lo que consiguen por nuestra ceguera: que nos convirtamos en perros rabiosos, lo que no haría ningún animal que no estuviera defendiendo su vida. Nosotros nos la arrebatamos por un quíteme ud. ese muñeco o móvil, de última generación. ¡No me digáis que el chip no está bien ideado!Oh, que visión más elocuente de poseedor de libre albedrío. ¿Estamos locos o qué?
Mirad, si no, lo que consiguen por nuestra ceguera: que nos convirtamos en perros rabiosos, lo que no haría ningún animal que no estuviera defendiendo su vida. Nosotros nos la arrebatamos por un quíteme ud. ese muñeco o móvil, de última generación. ¡No me digáis que el chip no está bien ideado!Oh, que visión más elocuente de poseedor de libre albedrío. ¿Estamos locos o qué?
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