he visto un video del nuevo ovni, de la marca Elon Musk, que lleva la firma de Nicola Tesla. Aquél individuo que tuvo la patente sobre todo este tipo de aparatos avanzados y que murió en un hotel como todo inventor que no se acopla a las exigencias de poderosos tipos de poder y del asesinato. A Nicola se lo cargaron de diferente forma, sí, que a los tres promotores del chips prohumanos. Ambas patentes pasaron a ser, ¡qué casualidad!, propiedad de los militares norteamericanos.
Pues bien, los norteamericanos tenían falta de dólares para la expansión de los microchips y, ¡qué casualidad!, lo tenía Elon Musk. Un individuo tan parecido a Tesla que hasta se considera un ovnitauta. ¿De dónde? A saber.
La cuestión es que este modelo cuestiona la llegada a la luna en el 69, y en el los siguientes vuelos... expresamente por su complejidad en el material que lo forma. Según afirman: supera la velocidad de crucero y permite la salida y entrada del espacio exterior. Cosa que, por supuesto, no tenían los que han mandado hasta ahora. Siempre y cuando, demuestre que puede pasar el escudo terrestre. Vivir para ver.
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