lunes, 18 de enero de 2021

lo de las mascarillas

 es de traca valenciana. Un enfisema pulmonar pegado a la boca. Una alcantarilla tapada por la que no se deja  salir los gases y un día explota, que es lo que les ha pasado -y nos pasará- a los miles de ancianos que han muerto. Lo que les pasó a esos millones de individuos que murieron por la mal  llamada gripe española.
Vuelve la burra al trigo y nos vemos sumidos en la misma pandemia de aquellos entonces y tapándonos los orificios como recomendaron en aquellos entonces. ¿Qué les pasó? Simplemente que se rebozaron en la misma mierda una y otra vez hasta que los pulmones dijeron ¡basta! 
Estar metido en un lodazal durante mucho tiempo... al final... uno va... y se hunde hasta la coronilla. 
No me extraña que los políticos de mierda se les vea fotografiados sin mascarilla cuando piensan que nadie les tiene en el punto de su objetivo, cámara en ristre. Illa, sin ir más lejos, está fotografiado en el andén sin mascarilla mientras el guarda espaldas sí la lleva. ¡Con guardaespaldas y todo!, ahora que los etarras están siendo agasajados por las políticas de los socialcomunistas. ¡No me lo puedo creer! Pero... es cierto. Yo creo que lo de los guardaespaldas es sólo un...: llevar a alguien al lado; y que este alguien te lleve la cartera ministerial porque debe pesar un huevo. Y cuando no lleve la cartera del ministro... llevará la compra de la señora del señor ministro.
Total
que ahora entiendo por qué los alcaldes del PSOE se han cogido las dos ampollas de las vacunas: una de ellas es la vacuna y la otra, el recuerdo, para las tres semanas posteriores. Estos de la Psoe son una caña limonera. No he visto gente más despierta que los socialistas. Y, el que no es un flecha en el manejo de estos quehaceres no le dejan pertenecer al partido. Yo, sin ir más lejos, no sería bien recibido en las filas del partido: no soy tan despierto en esas lides.
Bien. pues...
sabemos que no hay respuesta positiva para España desde la fábrica, desde la marmita de Pficer. Tanto bombo y platillo y se ha quedado en unas simples castañuelas. Tú le dejas a una señora mayor española la marmita y te hace unas migas a lo pobre que te quita todo mal que pudieras coger o exhalar. No hay virus en el mundo que pueda con ese chorizo de la última matanza. No hay virus en el mundo que pueda vivir entre la pimienta roja de esos chorizos. Sudarías la gota gorda y con esta gota saldría el coronavirus echado leches.
Amigos: 
¿Cuántos estábamos seguros de que algo se cocinaba fuera del fogón?
Pues, como esto, todo.

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