lunes, 25 de enero de 2021

decidme que es mentira

 que no van a consentir (¿...?) cerrarnos la boca en los autobuses, metros, trenes y demás medios de locomoción. Porque si así fuera sería de lo más espantoso que se le puede hacer a una persona, ser o ente. No me jodas con que, después de habernos obligado a ponernos la mascarilla, ahora, -digo, ahora-: nos van a prohibir levantemos la voz y nos podamos cagar en sus muelas. 
Cuando realicé el visionado de un vídeo explicando por qué se nos iba a castigar sin hablar, era por haber votado a VOX, y la excusa: de que somos aerosoles (nunca me habían llamado así, fijaté) y cuando hablamos salpicamos saliva, a la vez que exhalamos. 
La verdad es que sois demasiados los que exhaláis cada pocos segundos y a eso... es necesario añadirle un sencillo método del dalai lama, Mecagüen To. En lo sencillo es donde está la virtud: ha dicho el famoso Dalai. Consiste, el método, en dejar de respirar. Han pensado que lo mejor sería enseñarnos a no respirar. Empezar, eso sí, por poquitas retenciones hasta conseguir tomar aire, ejemplo, en Valencia y exhalar en Madrid. Por eso Ximo Puig ha intentado que, los enfermos acamados en las tiendas de campaña de verano, en Valencia, en pleno invierno y cuando más frio ha hecho... aguantaban para saber si estaban enfermos de verdad o intentaban pedir morir en el cauce del río. Al menos, allí, bajo los puentes, no se les lleva el aire la tienda de campaña.
Esto debe ser un ejemplo o método recomendado por el sistema chino. Una forma más de darle a la vida un poco..., un rastro de dinamismo. Revitalizar el cuerpo. 
Creo que había un señor encamado que tuvo que levantarse para tapar el agujero que había en la lona -o lo que fuera- porque se estaba congelando. 
Al enfermo que acuda a un hospital, ahora, se le da un destornillador, unos alicates y un rollo de precinto. Por favor, abstenerse aquellos que quieran comer: para esos no hay. Ni para los otros, tampoco. Con estas muestras de afecto que derrocha Ximo con los valencianos, es seguro que le manden a mamarla debajo de un puente donde es más seguro dormir que en una tienda. Estoy pensando que es seguro que Ximo vaya al mismo hospital que Carmen Calvo. Será porque no les importa esperar en la cola de urgencias.
Total, amigos,
que nos reíamos de que dos sentados en una misma mesa, en un mismo local, y resulta que se están chateando. Pues, esto, va a ser realidad si ponen la prohibición de hablar y por respirar.

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