martes, 8 de septiembre de 2020

la cifra del covid 19

en España va en aumento y supera los 500.000 infectados por culpa de los militares americanos y los chinos descerebrados. Es evidente que todo aquél que reniega de su oponente en política...: es porque andas juntos y encamados. Y así es como los militares americanos traspasan los virus a los chinos para que estos glorifiquen pandemias para el Nuevo Orden Mundial. 
¿Qué es el Nuevo Orden Mundial? 
Aquél que han previsto desde hace décadas en los despachos presidenciales americanos y en los Simpson, los pasos dar para terminar con la tercera parte de los humanos vivientes. Si es posible los viejos primero porque estos ya no van a servir para nada en concreto. Necesitan gente joven que pueda trabajar en aquello que les sirva para sus fines armamentísticos, de consumo y tecnológicos. Para conseguir esto les sobra la tercera parte de la humanidad. Y, en ello, están.
Mientras que los humanos estamos asfixiados con la pandemia...; los políticos tienen la enfermedad de las vacas locas. Andan todos contra todos en un arrebato eufórico de ver quien se lleva el gato al agua y quien la ha hecho más grande. De este modo nos vamos enterando los ciudadanos de la cantidad de basura que hay dentro de los partidos políticos y la desvergüenza de sus representante ministeriales. De los 800 millones de euros llevados por Chaves y Griñán, pasando por la Gürtel, el choriceo continuado de los Pujol, la vergüenza de los asesinos en la administración vasca... y, suma y sigue. Seguimos con Iglesias e Irene que, de no tener donde caerse muertos, se han convertido en aquello que siempre han odiado: millonarios. Y ahí los tenemos quejándose de la gente que acude día sí y otro también a llamarles de todo menos guapos. No se merecen otra cosa que la justicia sea justa y rápida y les deporte de tomar por el culo fuera de las fronteras españolas. No necesitamos representantes políticos de asesinos... en España. Mira que hay gilipollas por metro cuadrado en política..., pero la pareja Iglesias es de una repugnancia fuera de toda duda. Una chulería barriobajera y síntoma del niño al que nunca dejaron hablar por decir bobadas. Ahora se está desquitando. Pero... ¿qué culpa tenemos los demás si no le dejaron hablar en su día? Espero que otro día nos desquitemos de esa lengua viperina y mordaz.

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