miércoles, 9 de septiembre de 2020

estaba imaginando

hasta dónde hubiera dado de sí el acoso, derribo y exilio de Juan Carlos I, si no hubiera existido el corona virus, la espantada de Messi o, la ineptitud del capitán de los peperos, el señor Casado. Heredero de lo peor que ha tenido el PP en su historia de partido: el señor Rajoy. Y de aquellos polvos estos lodos; y de semejante cuadro esperpéntico del bolso del señor mariconçon. Y si me molesta lo no hecho por Rajoy habiendo tenido mayoría absoluta para poder dejar el país en mejores condiciones...; me molestan quienes tienen más que callar y esconderse de sus actos propios y familiares... permitiéndose ser los más chillones. 
Podríamos decir que en cada casa se cuecen habas pero... no amigos míos... No todo individuo ha tenido un asesino por padre, hermano o amigo. No todo el mundo ha tenido un abuelo, padre o familiar aprovechándose de la sombra del Caudillo para que hoy levanten su brazo contra él, después de muerto; demostrando cobardía, hasta decir basta. ¡Qué valientes! 
Ahora que veo a los ministros en el Hemiciclo con careta puesta..., he comprendido realmente para qué han sido diseñadas. Creo que es lo mejor que ha traído la pandemia: la ocultación de odio de algunos hijos de la gran puta de los asistentes.
Tal vez la Madre Naturaleza disponga del virus de la gripe porcina para llevar a la humanidad a la limpieza de tanto chorizo y matón como se reúnen en los congresos. Es verdad que habrá daños colaterales pero los que queden vivirán mejor sin tanto ministro sin cartera ni cargo.
Total;
que vuelve la burra al trigo de los presupuestos sin aprobar, ni de disponer de los respaldos para ello. ¿Hasta cuándo? Hasta que el dios de los ministros consienta.

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