miércoles, 21 de diciembre de 2016

lo que pensamos, lo que decimos, lo que hacemos

3rm_mdsi tenemos en mente que no disponemos de la Ley kármica o Universal del Libre Albedrío, es porque pensamos que estamos siendo manipulados desde algún ángulo del universo o de la Tierra. Damos por supuesto grupos de poder que nos quieren amansados como las bestias que tenemos en nuestro corral. Si ello fuera cierto cómo cojones vamos a dar por hecho el deshecho de una historia tan espeluznante como es la Historia del Hijo de Dios. Nada más y nada menos que del Hijo de Dios que manda a la Tierra para que sea apaleado, matado. Y... -como si fuera poco-, ...cargar con el Karma de semejante acto. Así por los siglos de los siglos. De esta manera se fabrica una libro -la Biblia-, con capacidad suficiente para que las viñetas y las puñetas se te metan en la cabeza, una y otra vez: -necesaria la repetición constante para que te cale lo más profundo posible-; y, así, puedas estar acojonado toda tu vida. Este es el trabajo bien hecho de los grupos de poder. Y, -vuelvo a decir-, si esto es así, cómo seguimos dando por hecho que hubo un individuo llamado Jesús, y unos astrónomos que leyeron en las estrellas el nacimiento de dicho individuo. Un individuo que nace como nace. Un individuo que se marcha de casa. Un individuo que está predestinado a un mundo de desamparo, brutalidad, y asesinato y todo, porque purga el pecado original de Adan y Eva. Señores, un poco de por favor. Estoy seguro que todos los que solemos leer libros... leemos un ejemplar y después ya no volvemos a leerlo porque casi nos lo sabemos de memoria. El best seller de la Biblia se lee todos los días del año, para mayor gloria de Dios. ¡Joder con el Dios bíblico! Yo creo que el Dios de la Iglesia tiene doble personalidad: unas veces es Dios y la otra Demonio. Un juego bipolar que nos tiene a los humanos sumidos en un ¡ay!, constante. Bien, el tema es el siguiente: si queremos dar la razón a la Iglesia por motivos religiosos, estamos en todo nuestro derecho. Pero de aquí que nos quieran manipular a los demás... solo existe el abismo que nosotros estemos dispuesto a abrir o no. Lo bueno es que en ello está el Libre Albedrío: cuando tomamos una acción propia... ¿Pero quién nos dice que la acción es propia? Solo por el hecho de hacer una acción no significa que esté haciendo algo que yo haya pensado, sopesado, calibrado..., etc., etc. ¿No os parece? Feliz Navidad. 

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