miércoles, 23 de noviembre de 2016

al menos los valencianos

Los efectos judiciales de su fallecimientodeberían sentirse apenados, sobre todo, aquellos que le han votado durante 24 años, de su vida. 
A nivel particular -pienso-: que su muerte coincide con la muerte de otras muchas personas que lo hacen a diario por Karma. Rita ha vivido de la política con una buena pasta, un buen piso, una bula papal extensible a todos sus actos prohibidos, como extensible a todos los componentes políticos del Opus Dei, y a su hermana, que bien supo meterla en el Ayuntamiento cobrando una buena y gansa pasta. Tal vez, si hay Dios, Rita tenga que confesar en las alturas lo que no ha confesado -por fidelidad- al partido popular, en su paseo por el infierno corrupto terrestre. Los valencianos saben que son una de las comunidades más endeudadas de España, también, por fidelidad al partido. Y que se han hecho cosas en Valencia que claman al Cielo del Opus Dei; pero como el (OD) es la filial de todos los memos de la política como que, el Cielo, lo tenemos copado: es nuestro. El Papa, gracias a Dios, también está de parte de sus contribuyentes en la Tierra como en el Cielo. Otro memo más en las filas de los chupópteros de las arcas valencianas. Y en definitiva... los que salen perdiendo son los valenciano porque hasta las reverencias que tengan que hacerle a estas alturas después de muerta, es parte de la puta política que asola a los de abajo, a los de la base de la pirámide. Aquellos que nunca son escuchados desde la cima de la idem, y que siempre recurren a ellos para el hambre, las negaciones familiares y papales y el responso eterno por el alma de la susodicha. 
Pues yo no tengo más remedio que decir que el muerto al hoyo y el vivo al bollo. Slogan que se comenta en los entierros de los más pobres. Y, que, para sosiego de estos pobres, se dice, que la muerte pone en el mismo saco  a los ricos y a los sintecho... cuando, aún, después de muertos, siguen valorando a los demás por encima del hombro social. Una gran placa, pagada por los valencianos, anunciará el lugar donde yacen los restos mortales de la heroína de Valencia; mientras que a ningún valenciano de a pie le nombrarán por haber pagado los trastos rotos de toda la camarilla de la tal heroína. 
Señores, que nos toman el cabello hasta después de muertos. Que nos sacan la pasta hasta para pagarles la cárcaba, mientras que, cualquier ciudadano, si ha querido a bien morir: al cura le tiene que pagar el entierro y de 50 años, el agujero carcelario en que le meten, sumándole toda una vida de privaciones para pagar el seguro de vida. 
Señores: vino y bebió, vio y eligio: mujer, y venció a los valencianos. 
 La masonería las cría y ellas se juntan. Ese saludo masón es una copia de las buenas costumbres que tiene arraigada la masonería. En el más absoluto de los silencios... ellos se conocen. Y, no, expresamente, por la mirada, que a la Rita la gustaba más utilizar la vista para medir las tetas reales.
En fin, que Dios la tenga reservada en el Cielo el mismo lugar que van los yihadistas cuando se inmolan: una habitación llena de mujeres...

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