Según pretenden vendernos, “el cambio climático provocado por el
hombre” se ha convertido en el responsable de la mayor parte de los
males del mundo, pero numerosos científicos demuestran que no es así.
En los mass media se culpa de los huracanes, erupciones
volcánicas y otras catástrofes naturales al calentamiento global
producido por el CO2, pero ya hemos visto que en el pasado, cuando no
había fábricas, vehículos y tecnología, el clima era también cambiante y
provocaba estragos en la naturaleza. Respecto al cambio climático, los
alineados a las ideas de Bilderberg no nos proporcionan información sino
pura propaganda. Al público le encantan los dramas. Si leen que el
clima es normal, que se estabiliza por sí mismo, no hay historia, ¿qué
publican los periódicos si no tienen noticias que contar? Pero si se
propaga que el mundo puede morir abrasado ya hay noticia.
Además, hoy día, el ser humano no puede hacer nada por impedir la
erupción de un volcán, la irrupción de un tsunami, un tornado o un
huracán. Nuestro planeta es una bola
de tierra y mar en mitad de una galaxia y, por tanto, recibe la
influencia de todo lo que ocurre en esa inmensidad del cosmos. ¿Hay algo
que podamos hacer realmente? Entonces, ¿en qué consiste esa lucha
contra el cambio climático? ¿Qué han hecho desde la ONU? En este campo,
una vez más se trata de dinero y de miedo.
Por cierto, la reunión privada entre Obama y Felipe VI se celebró en
el Hotel Waldorf Astoria, donde se hospedaba la realeza y aristocracia
europea del siglo XX en sus viajes a EEUU y donde el Príncipe Bernardo
de Holanda recibía llamadas de mujeres “de moral distraída”.
Felipe VI, el Club Bilderberg, Obama y el cambio climático. Seguro
que en el futuro seguiremos oyendo hablar mucho de ellos. Y algunos seguiremos denunciando sus falacias.
Tan solo unos días después del encuentro de Felipe VI con Ana Patricia Botín, que ya ha participado en dos de las reuniones del Club Bilderberg (2009 y 2010), el Rey asistió a un acto plagado de bilderbergers en la ONU (no olvidar que los terrenos sobre los que se levanta la ONU fueron cedidos por David Rockefeller, el alma del imperio Bilderberg) con toda la pomposidad que a nuestros amigos del Club les gusta mostrar.
Tan solo unos días después del encuentro de Felipe VI con Ana Patricia Botín, que ya ha participado en dos de las reuniones del Club Bilderberg (2009 y 2010), el Rey asistió a un acto plagado de bilderbergers en la ONU (no olvidar que los terrenos sobre los que se levanta la ONU fueron cedidos por David Rockefeller, el alma del imperio Bilderberg) con toda la pomposidad que a nuestros amigos del Club les gusta mostrar.
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