La candidata del PP a la Alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre, se ha
comprometido a estudiar la posibilidad de restringir las
manifestaciones en el centro de la ciudad, multar desde el
Ayuntamiento a los autores de grafitis y
prohibir que se duerma en la calle en el centro de la ciudad,
porque todas estas cosas perjudican al turismo.
"Otra cosa es que se haya decidido, no sé por qué, que dormir en
la calle está permitido". "hay personas, generalmente de origen extranjero y muchas veces
perteneciendo a organizaciones" que dijo que no quería calificar de
mafias, que dormían en la calle pero se las arreglaban para "vivir muy
bien". Y concluyó que éste es un fenómeno que "hay que
erradicar en Madrid", porque "ahuyenta a los turistas".
"La vagancia no está recogida en nuestra Carta Magna. La ocupación de
terreno público por quien no se procura una existencia digna es causa
de rechazo en otras personas que cumplen las leyes. La vagancia,
el no querer hacer nada, el constituirse en parásito de lo decente,
lleva a la repulsión".Es el insólito escrito con que el letrado Ángel Pelluz, abogado de 90 años de edad, defiende hoy en la Audiencia Provincial de Madrid a uno de los cinco presuntos neonazis que dejaron en coma tras una brutal agresión a un indigente en un fotomatón de la madrileña calle de Arcipreste de Hita, el 23 de agosto de 2009.
Preguntado por el escrito, Pelluz ha afirmado a la salida de la Audiencia: "Yo he visto vecinos apartando cartones y a estas personas, con chinches y piojos, para poder entrar en su casa. Esto no son personas humanas. No han trabajado en su vida. Son cánceres de la sociedad. Yo, si tengo un cáncer, el médico no me pone paños calientes: me lo extirpa. Pues esto es igual", ha señalado.
El documento continúa: "Añorada la Ley de Vagos y Maleantes, hoy empieza a resurgir en ciertos círculos políticos que tienden a prohibir la mendicidad, plaga de nuestras ciudades porque hay nostalgia de tiempos pasados", ha mantenido Pelluz en su escrito de defensa, informa Europa Press.
"El letrado firmante de este escrito cree razonadamente que ninguno de los que propugnan eso, que no es un derecho, es un abuso, quisieran al llegar a su casa ver el portal convertido en una covachuela donde se acumulan despojos de cartones y prendas donde pululan los chinches, los piojos, las pulgas y, en algunos casos, hasta alguna rata que otra. La acusación de intolerancia es una falta de respeto a la decencia, hoy bastante en descrédito", señala Pelluz en el texto.
Esto no es ni más ni menos que la respuesta a la Globalización idealizada por los Estados Unidos y comercializada por los políticos europeos. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Esto era una manera impía de ganar dinero a costa de llenar unos países vaciando otros: el consumismo. El con-su-mismo-piojo-su-misma-liendre-sus-mismas-garrapatas. Ha venido lo peor de cada país, de cada familia, a mitigar el hambre que proyectan sus dirigentes sobre la población. Y ahora resulta que les molesta que esa misma gente esté distribuida por todos los rincones de nuestra geografía, y gobernada por mafias como los Estados y la Iglesia. Ambos dos se benefician de la pobreza de otras almas que no saben dónde aposentar sus posaderas. Ellos sí, que son una clase de rata que habríamos de extinguir. ¿Quienes se creen la Espe, la Cospe, la Santamaría... que son para tratar a la gente con ese desprecio inhumano? Deberían abandonar el planeta cuanto antes...
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