J.M.Montero ha nacido para decir las mayores chorradas que persona mayor pueda decir. Y lo dice desde su posición de Ministra de Hacienda que da más pábulo a la marchita rosa que tiene en el atril. <<Entre todos la mataron y ella sola se murió.>> Estado en el que se encuentra la rosa roja en mano del sindicalismo más rancio y desprestigiado. Lo que nos demuestra que entre todos han ido restando siglas de referencia política de izquierdas y, de paso, han mantenido una rosa marchita en su frontispicio de partido.
Montero se ha echado la manta al hombro y ancha es Andalucía. En la que ha tenido la feliz idea de poner al griterio femenino por delante de la <<equidad jusdicial.>>
Ha intentado echar una mano a la ya disociada Irene Montero y su <<amiga yo sí te creo.>> Que es tanto como decir de Sánchez: <<Yo sí te creo, Antonio.>>
No sé si estoy esquivocado o no... pero la conducta de M. j. Montero ha sido la de un mitin en época de elecciones generales. Tal es el ansia que sienten por la posesión del poder que están siempre intentando ganarse al público, con tiempo, para que les sigan votando a sus adalides.
Pero esta mujer ha llegado a perder la cabeza: no sabemos si por falta de neuronas o posesión infernal..., y se le ocurren cosas raras y hace violentos movimientos de cabeza, lengua, labios...: que llena las pantallas de un remake de terror. Hasta el extremo de que los sevillanos se han visto en la tesitura de enviarles notas de abandono de la provincia sevillana y <<vuelta la burra al trigo.>>
Pero me da que hay burras y burras y esta es la de doble tozudez.
En fin,
sea donde sea que les pongamos su comportamiento no puede ser cambiante si no tienen mentalidad de uso. Por lo que no tenemos más remedio, los españoles, que seguir apuntados al santoral, hasta el día que nos proclamen santos. Al menos estaremos muertos, que no pasivos, a las alabanzas de estos descerebrados personajes.
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