no por tener los ojos achinados

ven menos que el resto.

<<Cuando se adquiere el hábito de trabajar, se consigue una enfermedad.>> (Pensamiento del que escribe.)

Motivo por el cual, los políticos no quieren acercarse ni de lejos donde tienen el puesto de trabajo. 

¿Por que son unos vagos de marca mayor? 

No. 

Porque no quieren perder la salud para poder disfrutar de los dineros que nos roban. Y por lo visto toda la plana mayor de la psoe se ha puesto manos a la obra para robar mucho y no caer enfermos. Enfermedad que les dejaría incapacitados para no disfrutar del tiempo que han empleado en acaparar las arcas y beneficiárselas -poco a poco- durante muchos años luengos. 

Y luego les llamamos incapacitados mentales. Cuando su salud -ya hemos dicho- no se agrava por renuncia al trabajo. ¿Es reprochable su actitud? Muy al contrario... nos demuestran un gran sentido de la decencia al no dejar nada de dinero (de lo mangado); como no se dejan sobras en los platos en las cenas de trabajo o restaurantes de lujo. 

 

¿Qué hace un chino en China?

Esperar el avión para venirse a España y dejar paso a la llegada de Sánchez que, por cierto, se va a hacer muy habitual por sus epopeyas comerciales con el emporio chino. Unos chinos que por mucho mirar por ojos entrecerrados... no se dejan engañar. Muy al contrario.

China ya se puede dar por enterada de que ha pasado a ser un país con el poder suficiente para enfrentarse a cualquier otro país del mundo. Y lo ha hecho poco a poco con mano de obra regalada. Cuyo principal contrato estriba en una cadena atada a la pierna y el gusto de servir a su patria. 

¿Acaso no hay nadie que sabe las condiciones de vida que tienen algunos chinos en China?

Claro que saben que China concede órganos casi al momento de solicitarlos desde cualquier parte del planeta. Solo que hacemos la vista gorta y el oído ceroso.

A ningún político mundial le interesa que Xi Jinping sea un golfo y un matarife. Lo primero es la pasta y, solamente, la pasta.

Y ahí tienes a todo el planeta mirando para los lados como si no hubiera gente gritando por su vida.

China ya puede darse por imperialista y disfrutar del planeta a su antojo. Ni Trump ni nadie está a la altura de Xi Jinping y su forma de gobernar. Sólo hay uno que quiere aprender del chino el arte de gobernar para siempre y ese es... ni más ni menos... que nuestro querido presidente de gobierno español, señor Xi Jinping Sánchez (2º izquierda.)

¡Pasmados! Pasmados nos tiene Sánchez con sus modales libertinos y libertinaje. Se ha puesto la montera y se marcha cada vez que le sale de los cojones y nadie, nadie, le pone freno a sus escapadas de macho man. Que tiene a toda la plana política femenina bajo su influencer formato fornicador. No sé como el planeta no nos jalea cuando le ven aterrizar con ese aire de <<espantador de gallinas>>; <<Ese aire de negro cimbreante al caminar, cual bambú movido por la brisa del mar.>>

 En la imagen vemos a una pareja muy bien avenida. Pero es solo apariencia, puesto que, cuando dejen de saludarse el chino le habrá quitado la cartera sin despeinarle. Por eso tienen esa mirada traviesa de rayos X. Saben perfectamente donde escondes los billetes sin aspavientos visibles. 

Pues bien;

los españoles debemos tomar ya la decisión de hacernos del Ramadan, o alargarnos los ojos sujetándolos con cinta adhesiva con refuerzo en el cogote. 

Estamos a tiempo de poner, como Trump, las cosas en su debido lugar y no permitir que nos conquisten con malas formas y maneras. Si hemos de luchar: salgamos a la calle dando collejas y mamporros a diestro y siniestro. Nos estamos dejando ganar, cual juego de ajedrez, con las normas trucadas.

Y para mayor inri

 

la loca del disfraz, modelito nuevo, se lanza al debate que, generalmente, lo tiene perdido. No la hacen caso si sus propios de gobierno. Pero para lo que ella necesita el tinglado político: la sobra. Aplausos y zozobra a partes iguales. Donde esta señora presume de figura...: hay lloros en la otra parte del planeta.