Los españoles muy contentos de que al fin nos hayamos convertidos en la minoría étnica que tenemos en España. Ya somos chinos-españoles. Nos ha convertido, Sánchez, <<a todos>>, de la noche a la mañana, a la máxima potencia comunista contra Estados Unidos. O sea, un socialista nos introdujo en la OTAN y un socialista nos mete en el mecanismo socio-económico-chino, en un hervidero decadente y servicial, de Xi Jinping. De ser España una potencia mundial resulta que nos hemos convertido en uno de los socios más pobres de China. Y, China, va sumando adeptos para hacer un gran potencial de memos, contra el imperialismo Norteamericano. Nos ha convertido China en un merendero chino para nuevas generaciones. China es una nación que mira en la distancia con mentes distintas pero igualitarias. Es decir, China funciona despacio, a larga distancia, tiene todo el campo del mundo para convertir el planeta en una unidad de servicio a la causa. Al igual que los judíos tenían la mirada de un futuro donde Su pueblo se convirtiera en el guardian de los cinco continentes. Unos por comunistas y otros por islamistas. Ambos fanáticos de la religión y de la economía: que no deja de ser otra religión.
Apañados estamos con Sánchez en la presidencia. Él no deja de dar pasos medidos por consejo de sus socios comunistas: Xi Jinping, Putin,
Este proceso es el que hará estallar la bomba nuclear en Europa. La Unión Europea ya puede bajarse los pantalones y pantys porque viene la llamada hecatombe en formato tecnológico. Empecemos por cerrar empresas automovilísticas o de culaquier método de locomoción. Adiós europeos.
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