Podemos hacernos una idea de lo que puede llegar a ser o provocar un juez en sus últimos estertores de su vida. Y sobre todos si del que hablamos o escribimos se llama Marlaska y se comporta como un imbécil como ex juez y como ministro de Interior. El que es, es. Y no le demos más vueltas.
Ahora comprendo por qué el socialismo pretende que los estudiantes sean o terminen siendo como la porción sin estudios del presidente de gobierno, y de su mandatario ministro de Interior. ¡Menudo bulto con ojos tenemos de jefe de los militares, policías y guardias civiles! Está, Marlaska, para que le detengan sus subordinados y le enchironen tirando la llave al mar... matarilerilerile...
¡Qué pena de personaje y sus consecuencias!
Pero el problema está en que nadie se queja del personaje y sus consecuencias a excepción de VOX, que le pone la piel como le gusta tenerla: a punto de que le hagan el amor.
Cuando alguno de la formación de VOX le increpa sin miramientos se retuerce en el asinto como si le estuvieran inyectando gasolina con una manguera porculera. De esas que se dejan ver en el departamento gay del suegro de Sánchez. ¿Entrará gratis en la sauna gay? Imagino que el suegro de Sánchez le dejará entrar gratis por la cantidad de clientes que le podrá importar.
El caso es que en política Marlaska es un cero a la izquierda. Sin más motivo de estar de ministro de Interior por un presidente que tiene la misma categoría profesional que el ex juez. ¡Qué asco!
¿Y esta gente es la que está gobernando y comprometiéndose con otros países sobre economía, defensa y seguridad?
¡Para mear y no echar gota!
Podridos, e infecta basura política.
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