Las feminazis están como los niños cuando quieren alguna cosa y no consiguen llamar la atención de sus progenitores. Patalea hasta hacer estallar la angustia de sus padres y de esa forma, conseguir su propósito. Una vez conseguido, es fácil que el niño, chantajista, se olvide del objeto en cuestión y causa de sus lloros. Eso es lo que mantienen las feminazis con sus protestas, sus cargas pasadas de rosca y sus lloros impotentes de meter baza en los asientos de poder. Tenemos en mente las actuaciones de Thatcher, ahora de Merkel, y de Indira...: La Dama de Hierro, La Hija de Hitler y La Mamá Buenista, indi,.. de Ghandhi.
¡Qué plorera todo los días dando por el culo con el feminismo de mierda!
Ese feminismo que va en contra de las mujeres.
Ese feminismo pasado de rosca en el que sucumben las madres con hijos, las esposas con marido, las mujeres que son mujeres y no engendros del poder de Soros.
Ese invento judío que ha determinado que los campos de concentración sean llevados por mujeres. Las mismas que en su día prestaban, en los campos, de enfermeras de doctores asesinos; asesinas, después de follarse a los reclusos. Idealistas revenidas con un chips cerebral.
Por favor...
dejadlas que gobiernen.
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