Al parecer no es normal que le pueda pasar esto a una persona. El porcentaje es bajo con relación a los amantes de los perros y gatos y a sus caricias.
El caso es el de Greg Manteufel, de Wisconsin. Como podría ser el de cualquiera de ustedes. O de cualquier otro que se tropezara con el can transmisor.
Al parecer, el animal de Greg, estaba perfectamente sano. No hacía pensar que unos simples lametones a su dueño diera como resultado la transmisión de una bacteria que casi acaba con la vida de Greg.
El 27 de junio, Greg, tuvo que ser hospitalizado porque entró en un shock que tuvo que ser hospitalizado y operado por una sepsis o septicemia, que es una respuesta mortal del organismos a infecciones que dañan sus propios tejidos y órganos. La culpable es una bacteria llamada Capnocytophaga Carnimorsus que portan las mascotas en la boca.
A Greg tuvieron que amputarle las piernas desde las rodillas, y las manos.
Desde 1976 solo se han registrado 500 casos en Estados Unidos.
Se recomienda que las mascotas estén debidamente tratadas y no permitirles nos den besitos en la boca. Y, menos, a bebés.
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