jajaja, jejeje, jijiji...

Los alavenses han puesto el grito en el cielo cuando Torra les ha comparado su cráneo con el de los catalanes.

El alavés ha toma la decisión, ante tamaño disgusto, de considerar a Torra persona non grata en Ávila, tierra de Santa Teresa de Jesús.

Bien.

Ello ha venido a cuento cuando Torra, que tiene el complejo de todos los catalanes de pro, ha comentado que el cráneo de los alaveses no podrá nunca ser igual que uno de la plana de Vic. La antropología habla claramente del hallazgo. 

(Sabia descripción realizada por un catalán antropólogo.)

Lo que no sabe Torra es que junto al hallazgo del cráneo determinante... había un pergamino que decía que todos los pepinos se parecen...

No sé muy bien si el escritor del pergamino era un sabio o visionario y mandaba el cráneo junto a la nota para que pensara, quien lo encontrara, que un día habría alguien que lo leería y tendría que llevarle la contraria al individuo llamado Torra. Esa raza de hombres asentados en Cataluña y que vienen de sangre distinta al resto de los mortales. Sangre real y de belleza de la Constelación de Sirio: altos y rubios.

(Sobre todos, el tipo llamado Junqueras. Hermano de Alain Delon.) El resto somos rudos e ignorantes.

Ya se están preparando para separar las sangres que pudieran tener mezclada con los simios hombres del sur. Esos que son patanes y gandules. Y, por supuesto, los alavenses, cuyos cráneos están a años luz de los cráneos catalanes de pro.

Estimo, por tanto,

que estos energúmenos no se separan por motivos económicos o de otra índole, sino porque son distintos al resto de españoles. Se consideran una raza superior: como los nazis. La raza Aria.

Por favor

que alguien despierte mi alma/ por ver si, existiendo, sigo,/ o fruto soy,/ de la muerte, /su ponzoña.

Tienen suerte los alaveses de no tener esos cráneos catalanes. Porque,/ de sombrero,/ sombrilla, habrían de ponerse,/ para taparse,/ del Sol,/ la belleza de sus facciones. 
En esta imagen brilla sobremanera la raza Aria del catalán auténtico.

Siempre lo he dejado caer: que no hay más tontos por metro cuadrado en otro lugar, que en Cataluña.