
Aquí tenemos la representación de las familias en posesión de <<una>>
de las treinta monedas de plata, por la venta de Jesús. Cada una de
esas monedas de plata que Judas arrojó al suelo una vez descubierto <<con un beso>>, quién de los presentes era el Maestro, a la pareja de romanos en el prendimiento.
De
aquellas monedas malditas... nacieron estos multimillonarios... que, a
día de hoy, siguen jodiendo la vida de los nacidos terrestres. Su
filosofía consiste en seguir a rajatabla la consigna encriptada
camuflada en la Biblia, para perpetuar la herencia herética de Judas.
La
Biblia no es un libro religioso que sirva a los intereses de la plebe.
Es más bien un dietarios de normas para los elegidos de ayer y hoy
dirigiendo los designios de los humanos. Un mundo de ciegos.
Y desde los parámetros políticos se sigue vendiendo las almas a coste de saldo. A coste de beso.
Estas familias hereditarias multiplican sus beneficios por cada miembro de la familia que nace.
Para
ellos dos mil años..., son como tres días..., siempre que puedan
respirar. Su tiempo en el planeta es cuestión de gobierno, mando y
respiro. A su alrededor, como planetas, giran los demás a una palabra
dada.
Estos son los responsables
de las guerras, de las pruebas nucleares, de la maldad en la sociedad.
Manipulan a los chavales en las universidades y les hacen creer que
tienen el poder, mediante el levantamiento callejero, a sacar lo que les
venga en gana.
Craso error.
Les
exponen a la mayor manifestación represora montada estatal para
marcarles a base de porra, la desobediencia que les sustenta. Aún así,
les demuestran que es necesaria la violencia para conseguir las cosas.
Violencia que en muchos casos llevan implícita daños colaterales. Pero
no pasa nada porque sus hijos no van a esas universidades estales. Los
suyos van a otra enseñanza superior para seguir con las normas
familiares cuando estos falten.
Así van corriendo los milenios y los mismos regímenes autoritarios siguen crucificando las buenas corrientes internas de la grey. Siguen crucificando Jesús por día y obituarios parroquiales.
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