viernes, 13 de marzo de 2020

Valencia cierra puertas

Las Torres de Serrano, las de Quart, vuelven a cerrar las puertas, esta vez, por la embestida del covid-19; el coronavirus popular. Es posible que no sufran daño alguno en sus estructuras, como en el pasado, pero esta vez sus gentes van a pasar otro mal trago por culpa de un virus de laboratorio. Y de esto último no me va a desmentir nadie. Tan rápido y efectivo no se transmite de piel a piel, sino de la sustancia gelatinosa de la que está rodeada la célula y que la propagan a la atmosfera los aviones militares, junto con toda esa porquería de polvo blanco que sueltan de norte a sur y de este a oeste. Esta gelatina forma parte de todo contenido que llevan los tanques de fumigación.
Nos envenenan desde el aire con todo tipo de sustancias nocivas para la salud. Y el que no quiera verlo es porque no mira para arriba. Todos los días pasan los aviones dejando esas estelas de mierda en el aire. Si no es verdad ¿para qué fumigan? ¿Qué finalidad tiene esa fina capa de polvo que se disgrega en el aire? ¿Acaso somos nosotros los árboles, arbustos y cosecha que tienen que fumigar? Bastante bien conocemos las avionetas encargadas de fumigar cosechas. Esto no son avionetas, son aviones militares.
Bien manejan al pueblo para que no haga preguntas. Posiblemente cuando empiecen a hacerlo... se haya muerto la mitad de la humanidad.

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