miércoles, 11 de marzo de 2020

una reflexión

Todos estamos locos de contentos con la llegada del coronavirus. Es más, temblamos de placer como la señora mayor que viendo donde se va la nieta los fines de semana piensa si, cuando vuelva, le dejará el regalito del virus a la entrada del piso. Yo sé que la señora daría la vida y hasta la última gota de sangre de sus venas... pero la señora no tiene muchas intenciones de dejar este paraíso no conociendo el siguiente y máxime...: cuando nos han dicho que los mayores somos los primeros en adquirir alas y abandonar este exilio.
Pero mi reflexión está en saber si los animales de compañía pueden contagiarse también, a la par que sus dueños. Porque si es así, no habrá forma humana de tratar a ambos al mismo tiempo. A parte de los problemas que puede tener una persona sola si se le pone enfermo su mascota.
Esto debieron pensarlo antes Sánchez, Felipe VI y familia, porque no se les ve ni se les espera, en vista del toque de queda de parte de la población. ¿Está Sánchez reclutado en Moncloa y Felipe en Zarzuela? 
Pienso que no. Estarán en algún palacete perdido en alguna isla o alta montaña donde el coronavirus no tenga ni la remota idea de cómo llegar hasta allí. Por lo que disfrutarán de un bonito espectáculo sin que, los ciudadanos, les importemos una mierda. Imagino que Iglesias estará recluido en Villa Tinaja, muy preocupado por la desoladora situación en la que se encuentra el pueblo que él tanto adora. 
Esa grey que tiene miedo y acapara toda una gran cantidad de alimento y enseres varios para limpiarse el culo y la cara. Las grandes superficies están siendo esquilmadas como si tuvieran bastante para tres meses. Los alimentos se terminan; el que no se termina..., termina en caducidad. El ansia de prevención está basado en el miedo, y del miedo a la codicia. Los mismos vendedores se abochornan de la avaricia que demuestra la población... importándoles muy poco si otros han comprado o no. Solo con cartillas de racionamiento se podría controlar el descontrol que hay en los grandes supermercados. 
Ana Pastor contagiada así como Ortega Smith y un diputado nacional del que no se sabe el nombre. Si el virus es capaz de entrar en el cuerpo de Ana Pastor es que no tiene vergüenza alguna.
En fin, amigo;
espero que no tengáis mala suerte de encontraros el virus en el sitio menos insospechado. Suerte.

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