martes, 10 de marzo de 2020

a mi juicio

Me parece anormal que una cepa como el coronavirus aparezca así como así e infecte a media humanidad y, a la otra media, también. Que alguien en laboratorio haya contraído la enfermedad y que ese mismo individuo después de un tiempo corto de gestación contamine a toda esa cantidad de personas. Por lo que considero que ese virus tiene que ser separado de la célula y agrandado y multiplicado a través de aerosoles. Insuflarles a la atmósfera a través de tanques con el líquido suficiente para que se pueda divulgar tan rápida y eficazmente. No me cabe otro razonamiento. No pueden decir que los burros vuelan y sea verdad. Es cierto que los aviones transportan demasiados dentro... Pero de ahí a que nos hagan ver que efectivamente tienen alas y no son ángeles... Solo se lo cree un rabino.
Bajo mi punto de vista.
Cada cierto tiempo tienen que joder a la humanidad de una forma o de otra. El miedo es algo genérico y propicio a ser utilizado por cualquier gilipollas dañino que quiera hacerte pasar un mal trago. Las guerras -se han dado cuenta- que los ciudadanos estamos hasta el gorro de guerras y sus consecuencias; nadie quiere guerras. Y como nadie quiere morir se les ocurre poner en práctica lo mismo que con los jipis de los años 60: por no ir a la guerra les crearon la guerra en su propia casa. Les dieron las drogas gratis y la muerte segura. La CIA es la institución norteamericana más canalla, después de la Casa Grande Vaticana. Cuando deciden que tienes que morir...: mueres.
Bien;
ya nos han dicho de qué forma se va a mutar el coronavirus: en una gripe de temporada. ¿Por qué? Porque la gripe normal no es bastante para vender drogas-dependientes. Necesitan que cada vez tengas más enfermedades o virus que mermen la capacidad del organismo a luchar contra...; en vez de acogerles como propios. Eso es la gripe; eso es el coronavirus; eso es lo que hacen con las enfermedades: que el organismo las asimile como propias, como compañeros de viaje..., y cada resorte de temporada resurjan y afecten al hermano mayor: el Sistema Inmunológico. Si eso lo pueden hacer desde un laboratorio imaginemos qué nos puede pasar cuando dentro de varios meses, después del coronavirus, nos sometan al implante del microchips personas. Un grano de arroz implantado en nuestra mano derecha o en la frente, con todos los datos personales de cada uno; con el agravante de que puedan hacer explotar el invento e inyectarte una sustancia (una gota) de a saber qué producto natural o artificial, y mandarte al sueño de Nunca Jamás.
¿Cuándo hemos visto los humanos una cosa semejante desde El Diluvio Universal? Nunca. A excepción del polvo de Belén con el torero, y su libro.
Pensemos -por tanto- que son experimentos para saber cómo responde la grey a estados de terror o pánico. La gente estamos operando de la forma que a ellos les viene bien: con pasividad. Con pasotismo. Con indiferencia. Ese es el estado mejor para provocar la mayor pandemia jamás vista ni escuchada. He dicho pandemia, nada equiparable a la bomba de Hiroshima y Nagasaki.
Una reacción de Xi Jinping que me ha sorprendido de veras..., ha sido la de obligar a los ciudadanos chinos, afincados en Valencia, a permanecer encerrados en casa durante las fiestas de Fallas. ¡Qué, qué!

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