jueves, 10 de marzo de 2016

triángulo con estrella diabólica

de donde salen rayos solares, emblema del diablo. 
Según dijo Oscar Wilde: el descontento es el primer paso o proceso para la evolución de un hombre o una nación. Y efectivamente no iba descaminado el señor Wilde cuando opinó de esa manera. Sin embargo, y bajo mi punto de mira, no puede ser aprovechado para definir el deseo de independencia de Cataluña como algo victorioso. Y sobre todo cuando el árticulo 1 dice que la soberanía reside en el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado. Por lo tanto, sería, de obligado cumplimiento el que todos los españoles decidieran sobre cualquier territorio dentro del territorio espalol. De donde deducimos que hace referencia a todos los españoles, con independencia de donde vivan. Y no, dejarnos inferir que, junto al pueblo español, hay otros pueblos, además, cuyos derechos hay que proteger. La Patria española es una, con todos los variantes de lenguas, costumbres, protocolos..., y cuyo representante recae en la figura monárquica. 
Es muy fácil caer en la desagradable mentalidad independentista llevada por individuos, cuyo logro social es la rapiña y la confrontación entre los ciudadanos. Es más, deduzco que son traidores contra su patria y contra sus paisanos. Tanto ellos, como todo político que no tome medidas de desautorización contra los autores del movimiento separatista. Es por lo que, Mariano Rajoy Brey, ha sido el más alto inductor y cooperante en el desarrollo del independentismo catalán, y por lo que habría de considerársele como traidor a los intereses de España.

No hay comentarios: