lunes, 7 de marzo de 2016

quiero recordar...

y lo hago con cariño, a aquellos amigos que nos encontramos o nos hicimos..., en ese maravilloso lugar llamado Roncesvalles; en ruta a Santiago. Desde aquí anunciarles que el Camino fue terminado en la segunda vuelta..., dado que me quedé en Burgos, el año anterior. 
Debo deciros que el Camino es una cabronada diaria, pero algo en él me ha producido un deseo constante de buscar nuevos orizontes, y un salvaje deseo de notarme sobreponiéndome al cansancio corporal. Pues hay un momento en el que el cuerpo anda en distinta dirección de la mente, y hay que reajustarlos para renacer a cada nuevo paso que se da. Tan es así, que este año quiero llegar a Jerusalén, también, a pie.
Aprovecho, este post, por si alguien se estimula a realizar esa maravillosa aventura y dispares experiencias, hacia la cuna de la que fue la historia del Camino de Santiago. Creo, que, los 5200 kilómetros que hay desde España a Israel, bien se merecen un esfuerzo para terminar o revivir la historia de los Templarios. Y, dado que somos judíos, -al menos en religión-, deberíamos ir una vez, en vida, a la Tierra donde comenzó a extenderse la religión católica y cristiana. También es verdad que tengo mis dudas al respecto, y prolijo una idea muy particular del nacimiento o base o propiedad, del judaísmo.
En cualquier caso, gracias a los amigos -que lo son-, de antaño; y bienvenidos a los que, desde ahora, se sumen al carro de la amistad.

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