No sé quién está peor si el abogado o los cabezas rapadas que dieron una paliza a un indigente mientras dormía en un fotomatón de Madrid. Como consecuencia de la paliza, Rafael Santamaría estuvo 500 días y sus quinientas noches en coma y ha perdido el habla. En el juicio, Ángel Pellús, que así se llama el letrado de los iluminados, declaró que echaba de menos la ley de vagos y maleantes porque los indigentes son parásitos de lo decente. A lo que vino a retractarse de lo dicho y lo remató con otra iluminada genialidad: los mendigos no son personas humanas, sino cánceres de la sociedad. ¡Y ud. un tonto-l´haba! Yo pensaba que las universidades hacían inteligentes pero... ya veo que solo dan certificados por incompetencia.
Total, los cuatro cabezas rapadas han sido declarados culpables y deben indemnizar a Rafael con 300.000 euros. Le han convertido de indigente o parásito, en casta millonaria. ¡Cómo de vueltas dá la vida y sobre todo, cuando hay tanto intelectual suelto que combate la mendicidad a base de cifras de director de Caja de Ahorros!
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