Siempre lo he comentado :en España las vacaciones van con la temporada. Es decir: verano al norte, invierno al sur, todo el año al Mediterráneo, menos, si tienes que ir a Palma de Mallorca que aconsejo se vaya sólo en verano.
En invierno es temporada baja en Palma y las zonas turísticas están bajo mínimos. Tan bajos que sólo quedan contados hoteles de libre elección y alguno del IMSERSO. Estos hoteles admiten jubilados y pensionistas para no tener que cerrar durante dicha temporada y al final..., dejan mucho que desear.
En el hotel que he estado tiene asignada cuatro estrellas pero me da que quien las concede no ha pasado unos días en el mismo o no pertenece al ganado llamado SENIOR. Para este ganado todo es bueno, hasta lo malo.
No se puede dar de comer todos los días los mismos alimentos por mucho que la gente no se queje de ello. Y no se quejan porque son personas con unas tragaderas como serones. Los mismos serones que han estado llenando de trabajo toda su vida, para terminar ingiriendo esos alimentos que, como este fin de año, a algunos nos han descompuesto el cuerpo.
No todos los hoteles son buenos porque los que van son jubilados o pensionistas. Como si con eso se les hiciera o hiciese un favor...; cuando el favor lo hacen los Senior con arriesgarse a un hotel de baja calidad, como de baja temporada, para que el Consorcio o quien sea, no cierre por temporada y mantenga un personal que como en este fin de año: hubieran preferido estar en el paro para el sueldo o jornal que les pagaban... Todo beneficios gracias a los muchachos de la tercera edad.
Creo que el INSERSO deberían tomar las medidas adecuadas a las calificaciones de los hoteles y permitir que abran aquellos que reúnan las condiciones para pasar los pocos o muchos días de asueto.
Palma de Mallorca no está preparada para recibir jubilado y pensionistas en temporada baja. No hay nadie en la zona y pocas posibilidades de hacer compras si no te desplazas a Palma.
Palma es sosa. No han tenido ni un mísero interés en vestirla de Navidad. Y, por tanto, no parecía que estuvieras despidiendo y recibiendo año. Algo verdaderamente inolvidable para quienes hemos estado preguntándonos qué cojones hacíamos en un lugar tan sumamente decadente como la zona de playa del Arenal.
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