y las iglesias evangélicas

incriminando y descriminando a quienes son sus amos y señores. Desde la sudamérica, hasta la España actual, los desorientadores que componen los pastores de las diferentes iglesias, verborrean contra la iglesia católica y los jesuitas por ser unos hijos de satán. Son los peor de lo peor y resulta que ellos llevan el sobre nombre de apocalípticos y diezmólogos: contrarios a la fe, y benefactores del Opus Dei, quien recibe los diezmos que estos detractores de la fe, reciben y recaudan. Vemos la demografía de la fe en los distintos países de acogida. Y somos conscientes de la desinformación en la mente de los blasfemos bíblicos.