martes, 18 de mayo de 2010

sobre el cielo de Valencia


Las enfermizas nubes de polvo químico se expanden sobre nuestras cabezas bajo el cielo de Valencia, España. Unos cirros blanquecinos entre las estelas que vuelven a dejar los aviones fumigadores y las nubes, productos de condensación natural, por debajo de ellas. Permanecen estáticas, al acecho de las vías respiratorias de los descuidados viandantes. Es un polvo, que no nube, difuminado como cristal grumoso, semi-opaco. Una niebla irrespetuosa con los rayos solares. ¿Hasta cuándo van a seguir esparciendo la semilla del diablo, por los aires de nuestro entorno? Está claro que no tienen bastante con apretarnos el cinturón, que pretenden ahogarnos como hicieron los SS en los campos de concentración. La única diferencia con estos campos es que ahora han decidido no poner puerta al campo. Todo el mundo es un campo de exterminio manipulado por los hombres sin fronteras y sin conciencia. ¿Hemos de mirarles, por todo ello, con respeto? __Sí. Hemos de hacerlo porque nuestros egos no son comparables a los suyos. Hemos de hacerlo porque la violencia sólo trae como consecuencia la viudedad y orfandad. Y hemos de hacerlo porque la dinámica evolutiva del ser humano debe ser la paz. La Memoria Histórica, nos enseña que el odio sólo produce odio, en todos los casos enquistado, y porque la Tierra ya ha tenido bastantes guerras desde que el hombre tiene memoria para hacer historia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ya estamos infestados. nos han preparado para un futuro inmediato. las enfermedades serán el negocio del futuro.