lunes, 24 de mayo de 2010

Lee y reflexiona que la cosa tiene miga.

España, con Rodríguez Zapatero, no es Nación viable

Se ha llegado a una situación en la que España no es viable como Nación, ni como Estado, y ni siquiera como una mosaico de Taifas, porque la oligarquía político-sindical le está chupando la sangre. Con la llegada al Gobierno (de España como dice la propaganda oficial) de José Luis Rodríguez Zapatero, se inicia una política basada en un espíritu de 'revolución pendiente' que, con los recursos del Poder, se busca simplemente la permanencia en la Moncloa. Para ello no se dudó desde el primer momento arbitrar fórmulas para acabar con la única oposición que permite la alternancia, que es factor de higiene en cualquier democracia creíble. Y de paso, con el dinero de los impuestos, aportados por todos desde diferentes vías, comprar apoyos de minorías nacionalistas. El resultado ha sido que en buena parte del territorio español, un nacional-socialismo, con mas tufo nazi que social, trata de elaborar un nuevo mapa, elevando el sentimiento patrio, inherente en cada persona, a dogma de identidades confusas cuando no falsas. Para ello se busca la diferencia; desterrar hasta donde sea posible el idioma común porque con él todos nos entendemos; enseñar historias a la medida de cada proyecto; y parcelar lo que es derecho de las gentes, no de los territorios, como por ejemplo la sanidad.
El mal tiene su origen en una transición conducida hacia ninguna meta de progreso, por los que autoproclaman progresistas; porque en los demasiados años que gobernó Felipe González, se desmanteló el impulso industrial que llegó de los Planes de Desarrollo, arruinándose sectores básicos, mientras permanecían inalterables unas normas laborales heredadas del franquismo, con las trampas que toda imposición lleva consigo. Y fue entonces cuando se crece a base de transferencias comunitarias y turismo extranjero que, como consecuencia, incrementa el sector servicios y anima al inmobiliario que creció demasiado para una economía marcada por el déficit comercial y múltiples carencias. Se debió acometer una reforma económica en consonancia al papel que España debía tener en el Mercado Común Europeo; pero no se hizo. Y el Gobierno de Aznar recibió unas cuentas de ruina. Esa es la historia; lo demás son justificaciones intencionadas. La llegada de José Mª Aznar, que heredó la llamada cultura del ladrillo, significó una estrategia encaminada a recuperar la cuenta de resultado en un balance marcado por la inminente suspensión de pagos. E hizo bien el trabajo. España se levantó del letargo económico y se puso en marcha...
Pero llegó Rodríguez Zapatero y en vez de dedicar su tiempo a mejorar la herencia, que era su obligación; se empeñó en ir de un mitin a otro, y con el voluntarismo de un Conductor iluminado, lo promete todo, opina -"ya os dije..." que suena a un "en verdad, en verdad os digo"- y aunque pocas veces acierta, sigue todavía en plan gurú. Y el resultado es una España, o un conglomerado autonómico, donde hay que mantener a mas de tres millones de empleados públicos, con ni se sabe de amigos, correligionarios, familiares, asesores y peones, que viven en torno a las administraciones públicas, con millares de empresas y consorcios, también fundaciones públicas, exprimiendo a los contribuyentes. Y a todo ello hay que agregar un sindicalismo parasitario que desde el cierre del Sindicalismo Vertical, del que fue su principal heredero -de edificios y de sus maneras-, en vez de mantenerse con las cuotas de sus afiliados (que son mas bien pocos) prosperan al amparo de los Presupuestos Generales del Estado, por muchas vías, o con su legión de "liberados".
Desde hace dos años el mundo sufre una crisis económica de mucho calado; y es natural que una economía basada en el consumo exterior -turismo- y en las transferencias comunitarias que ya se han ido, sufra el problema. Lo penoso es que a España le ha cogido con las cuentas por hacer, por no redefinir sus potenciales para poner a producir tantos recursos ociosos. Y en vez de hacer frente a la situación, el presidente Rodríguez Zapatero se ha dedicado a contarnos el cuento de la buena pipa que nunca se acaba...Y así, sin tomar ninguna medida de calado, se ha llegado a una deuda pública del 62,5% del PIB, que empeña a varias generaciones; a un déficit comercial de ruina, porque transfiere muchos recursos al exterior; y por si fuera poco, el paro supera en mucho los 4 millones de personas; 4 millones de problemas porque cada trabajador sin empleo es un español frustrado, a la espera de no sabe qué. Cuatro millones que son más, porque hay mucho camuflaje en la consideración de parado real.
Mientras, en los territorios donde impera el nacional-socialismo se multa a los que titulan sus negocios en castellano; pueden hacerlo en chino o en cheli, pero al español hay que desterrarlo...de Cataluña, de las Islas Baleares...por un ordeno y mando surrealista, de locos. ¿Puede uno imaginar que en Estados Unidos se multe por rotular en inglés, en Alemania por hacerlo en alemán o en Francia por utilizar el francés?. Pues aquí, para rizar más el rizo, el gobierno que preside un andaluz en Cataluña castiga al español que es su idioma "de chico"; "de mayor" (llegó a Cataluña con 12 años), el cordobés, de Iznajar, trata de hablar correctamente el catalán de su patria catalana. Dicen que la patria de uno es "su niñez"; la mía, por supuesto, es mi pueblo en la Sierra de Aracena; a lo mejor el señor Montilla es ahora como un niño que juega a ser político en Cataluña, y para eso ya traza el mapa de las veguerías. Se ha pasado de la España-nación a Estado de las Autonomías y ahora a un Estado real de Taifas...que es pura ruina. Una Nación es una cultura, con muchos veneros; un Estado es solo la Administración de la cosa pública. Con ZP como Conductor vamos hacia los arrecifes.

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