presidencias de catetos y defraudadores de ciudadanos.
No se puede mentir a los ciudadanos dándoles esperanzas de una vida mejor, con mejores recursos, cuando estamos en las antípodas de todo ello. Pero bien que se han beneficiado, con su palabrería, mientras tanto. ¡Y si te he visto no me acuerdo!
No, coleguitas, no. Así no se puede gobernar un país, porque nunca estaremos cerca de lo prometido... Ni de las circunstancias que nos rodean allende los Pirineos.
Cada día nos almorzamos con un caso más infame que el del día anterior:
-Los caraduras que se hacen con un máster o título académico que no poseen.
-Los que se vacunan ellos y familiares y amigos y conocidos/as... -Los demás que se jodan.
-Los ladrones de guante blanco que hacen a todo con voluntad y alevosía.
-Los que andan trapicheando de un cargo a otro, obviando que no tienen pajolera idea de ninguno de ellos.
-La montaña de insultos que se dedican, cada día a cada hora, y que terminan en los tribunales.
¿Hasta cuándo los políticos dejarán tranquila La Ciudad de la Justicia, para resolución de sólo sus casos?
¿Hasta cuándo van a seguir amontonando folio tras folio, en la restitución de un orden social, comunitario?
El problema de La Ciudad de la Justicia, es semejante al de la sanidad:
-: Retrasan los casos con vistas a que sea el propio -tiempo y hartazgo- lo que conlleve la solución. En ambos lugares aconsejan a los ciudadanos que sean ellos los que promuevan con, actividades populares, (huelgas y quejas a porrillo), el beneficio que les reportaría, sin haber movido un dedo. Embárcate tú, que yo..., ya... si eso..., me sumaré al reparto. Es pura representación de una obra muy bien montada, muy bien repartida. Pero, en definitiva: Puro Teatro.
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