Congresistas estadounidenses (mano en pecho simbología masona) con Puigdemont (agente ruso) negociando la independencia de Cataluña. El mejor amigo de Puigdemont, Dana Rohrabacher: de anarcocapitalista a imperialista, es el hombre de confianza de Putin en EE.UU. Individuo necesario para internacionalizar el proceso catalán. Supuestamente, mediador, en las elecciones que dieron pie a pensar que Putin estaba detrás de la elección de Trump como presidente de gobierno norteamericano. El desconcierto es general cuando pasa de ser un contra ruso, a formar parte íntima con Putin. Y, por supuesto, a hacer negocios con el gobierno catalán. Es un mafioso medular y proclive al NOM. Su afán es pertenecer a un gobierno imperialista, que gobierne el mundo. Casado con una vasca, que se declaró culpable de felonía por hacer trampas en las elecciones en 1995. Espero que a Puigdemont le culpen, también, de felonía; después de todos los demás delitos.
Bueno
al menos sabemos con quién estamos tratando en la realidad. Puigdemont -lo hemos dicho-, es un títere con categoría de traidor y agente secreto para servicios oscuros rusos. Todos estos amigos de Puigdemont se dedican a desmembrar países, regiones, para futuros negocios sucios. El contacto no es casual ni actual. Vienen teniendo trato con la administración catalana desde hace décadas.
Hay otro movimiento reciente que explicaría el interés repentino por Cataluña de Julian Assange, pieza clave en la estrategia de propaganda y desestabilización del Kremlin. El pasado 16 de agosto, Rohrabacher se reunió durante más de tres horas con el fundador de Wikileaks en la embajada de Ecuador en Londres. El polémico congresista admitió la reunión, aunque matizó que solo quería preguntarle a Assange si Rusia había tenido algo que ver en el robo de los correos del Partido Demócrata durante la campaña presidencial, una filtración difundida por la plataforma del 'hacker' australiano que favoreció a Trump. Solo unos días después de ese encuentro, Assange comenzó a trasladar a sus más de 500.000 seguidores en Twitter todo tipo de contenidos contra el Ejecutivo de Mariano Rajoy y a favor del Govern de Puigdemont. Desde entonces, su cuenta no ha parado de difundir material publicitario del independentismo con un ritmo frenético. Lo mismo que ha hecho durante el último año para apoyar al Frente Nacional de Marine Le Pen y al UKIP de Nigel Farage, dos formaciones que gozan de las máximas simpatías de Moscú por su capacidad para provocar una grieta de convivencia en el seno de la Unión Europea.
Hay otro movimiento reciente que explicaría el interés repentino por Cataluña de Julian Assange, pieza clave en la estrategia de propaganda y desestabilización del Kremlin. El pasado 16 de agosto, Rohrabacher se reunió durante más de tres horas con el fundador de Wikileaks en la embajada de Ecuador en Londres. El polémico congresista admitió la reunión, aunque matizó que solo quería preguntarle a Assange si Rusia había tenido algo que ver en el robo de los correos del Partido Demócrata durante la campaña presidencial, una filtración difundida por la plataforma del 'hacker' australiano que favoreció a Trump. Solo unos días después de ese encuentro, Assange comenzó a trasladar a sus más de 500.000 seguidores en Twitter todo tipo de contenidos contra el Ejecutivo de Mariano Rajoy y a favor del Govern de Puigdemont. Desde entonces, su cuenta no ha parado de difundir material publicitario del independentismo con un ritmo frenético. Lo mismo que ha hecho durante el último año para apoyar al Frente Nacional de Marine Le Pen y al UKIP de Nigel Farage, dos formaciones que gozan de las máximas simpatías de Moscú por su capacidad para provocar una grieta de convivencia en el seno de la Unión Europea.
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