Mariano:
sabemos perfectamente que sabes que existen artículos suficientes como para meterles en la cárcel a todo ese atajo de sinvergüenzas de los políticos independentistas catalanes. Lo que te está diciendo todo el mundo, desde todos los rincones del mismo es, que actúes. Que pongas en marcha la maquinaria contenida en la Constitución que nos obliga y te obliga. El pasotismo por el que estás pasando, deja sin efecto las palabras pronunciadas por del Rey. Lo que nos lleva a pensar que estás más de parte del separatismo catalán que del propio monarca. Entonces, ¿por qué le haces salir a divulgar semejante oratoria si no le vas a hacer caso? Todo el mundo pensamos que la demora del Jefe del Estado estaba entre las vacaciones, las verbenas, la bulimia de la mujer, las niñas, etc. Ahora sabemos que ha tardado en salir a calmar a la población española, porque tú se lo mandaste así. Y, resulta, que de un pasota, vago, y descerebrado, tenemos dos: tú y Felipe. Le estás haciendo quedar como el culo, por culpa de tu ineptitud política. Ahora que tienes a toda la izquierda y a toda la derecha de tu parte, vas y te proclamas el más sabio, el más intelectual, de todo el elenco político. Te has laureado y nombrado como el eros ejecutor en el proyecto independentista catalán. Tu ego se te está subiendo a la pineal y crees que obedece a cómo estás operando en el conflicto; sin embargo, todo el mundo se da cuenta que te estás haciendo inservible para el bien común de los españoles. Que nos vas a meter en un embolado que no vamos a saber como salir: si descontamos una guerra civil.
De verdad que me pregunto qué cojones le pasa a este individuo para no acometer los deberes de Estado, conforme a la Constitución. ¿Está enamorado de Puigdemont y renuncia a todo, por un juego de cama? Por favor, dínoslo y te enviamos al Cielo de los jóvenes adonis, que allí te aguardan. Yihadistas a un lado y tú, al otro; pared con pared. Las vestales y los adonis.
¡Ya está bien de hacer el lelo! No hace falta que nos restriegues día sí y otro también, la equivocación de la gente cuando te eligieron presidente. Reconoce que no estás a la altura de las exigencias del país. ¡No pasa nada!, te vas, dejas el puesto, y que otro más experimentado pruebe conducirnos a la gloria contra el independentismo, que nunca debió salir en los medios periodísticos.
Cuanto más tardes en enfrentarte a la realidad, más trastornos repercutirán en los empresarios, bancos y multinacionales de todos los sectores. Detén a Puigdemont y Junqueras y al mosso... y todo habrá acabado en pocos días.
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