ya no nos conformamos con que diariamente los cielos se vean plagados de una sustancia química blanquecina que ataca directamente a nuestros pulmones y vías respiratorias, con problemas clave en el PH de la sangre; sino que recurren a la globalización como un correo ordinario para ir pasando las enfermedades ¬que en su día fueron derrotadas¬, de nuevo a un proceso vírico inoculado en un camello, a modo de pasante de droga.
¿Este proceso es natural? ¬No. Sale-revierte-vuelve al mismo laboratorio del que salió con características distintas, es decir, se mueve en el ambiente y se reconforta con otros virus que, a su vez, han sido propagados con anterioridad. Yo me pregunto muchas veces si estos maravillos personajes del celuloide (por sus cuerpos y vestuario), saben cómo están dejando el planeta y a sus habitantes.
Hemos llegado a un momento de la existencia donde: con toda la maquinaria disponible capaz de dar a luz un nuevo amanecer para menos gente; se han propuesto aniquilar a la otra parte con caracter parasitario. Lo malo es, que con nuetro dinero han ido consiguiendo caldos de cultivo unipersonales e inter racista. Un virus con capacidad para atacar a una raza... respetando otra. Un cúlmulo de psicopatías propias de lo que son. Y aquí, querido lector, estamos como conejillos de indias y boqueando como pez.., rezando para que no nos toque en comunidad alguien que haya estado en los Emiratos Árabes hace poco tiempo.
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