me valen por igual y a la par. Por eso es por lo que he tomado este video de exorcismos, amuletos y aún falta el tablero de la ouija, para tener un profundo conocimiento contra los poderes del Maligno. La cuestión principal es la <<invocación>> que se hace tanto en misa como en los exorcismos contra el Maligno, cuando sería <<la no invocación>> lo que detendría la posesión en otro cuerpo humano.
Tenemos dos cuestiones a tratar frente a esta dicotomía de factores:
En primer lugar si Lucifer fue encerrado, desterrado, en este tercer planeta y su tercera dimensión... supuestamente con todos aquellos ángeles que defendieron la Causa por la que Lucifer fue desterrado...: necesariamente, <<nosotros, los terrícolas,>> seríamos luciferinos por destierro y por desobediencia al Creador. Por lo tanto seríamos luciferinos haciéndonos posesiones sin necesidad.
¿Para qué querría un demonio ocupar el cuerpo de otro demonio?
-Y, por ello...,
-¿para qué querría ser exorcizado?
-Muy al contrario.
Y, ¿qué poder tendría un cura, luciferino, para hacer un exorcismo a su compañero de Desobediencia?
Con lo anterior sería más comprensible que hubiera un pecado de Desobediencia Original y otro de Asesinato en Cruz de Dios: en la figura de su Hijo. Ecce Homo que vino con la intención de trazar un Arco Iris en combinación con el Cielo. Otro dato de ira que rompió la oportunidad de poder salir de este planeta físico. Corporal. Tridimensional. Por lo tanto solo se puede salir de aquí a través de la muerte. Una muerte de fusión mente-cuerpo-espíritu, así como nos lo dejó claro Jesús en la Resurrección. La Sábana Santa o La Santa Síndone es la prueba que nos demuestra que el cuerpo y el espíritu deben ser fundidos en santidad, para no volver a renacer una y otra vez. Solo en polvo de espíritu se consigue la salvación.
Solo fusionando el cuerpo con el espíritu: se rompe la Rueda de Sansara o de Nacimiento y Muerte. De ahí el retorno que los católicos llaman el Día del Arrebato en que resuciten los muertos con los cuerpos que tuvieron en vida. Pero fusionados en partículas divinas, ensambladas en el espíritu. Cual fusión de luz atomizada que quema el cuerpo dejando la radiografía de lo que fue el físico.
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