Aquí donde lo vemos es un asteroide que viene directo a colisionar con la Tierra, si la Luna no se interpone en su camino. Aún así me da la sensación de que los extraterrestres: que ocupan nuestro "satélite" acorazado, tendrán los medios como para hacer frente a ese fastioso pedrusco que viene, al parecer, cabreado. ¿Y por qué cabreado? Pues porque no es la primera vez que pasa por nuestro espacio sideral y, quiza, esta vez, nos impacte desde el cariño.
Hay quien espera verlo para el 22 de diciembre del 2032. Tal vez sea la onda expansiva que puede barrer a Sánchez y su política de mierda. Porque si el asteroide no consigue llevárselo por el medio no habrá más cataclismos que lo consigan. Ha venido una gota fría y el muchacho ahí está como si no hubiera pasado nada. Es lo que tienen los grandes presidentes de gobierno <<que todo les resbala.>>
Hace tantos milenios que esperamos una colisión contra algo, o un Diluvio Universal que nos haga santos para la eternidad... que no paramos de predicar cataclismos a gogó. ¡Qué ganas tiene la gente de morirse! Al parecer no se dan cuenta de que cada día que se levantan de la cama han perdido una buena parte de su longevidad. No sé a qué correr tanto.
Bueno,
pues la predicción no es para mañana, ni el jolgorio para recibirlo, tampoco. Aún queda unos años, si el pronóstico es acertado para irnos preparando a su batida. Saldremos a la calle a cantar salmos al Señor y los jubilados a bailar el reagge de Gangnam Style. Ahora que lo han aprendido en los centros de jubilados. Espero quede para la Historia si el tropiezo no es mucho.
No sé vosotros pero a mí me cabrea cada vez más que haya tanto pronosticador de grandes catástrofes y apóstoles del miedo. Ya podrían irse al coño su madre y dejar en paz a la gente que ya le cuesta a su vida cotidiana para que venga algunos a joderle el futuro prometedor. ¡Dejadnos vivir, carajo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario