Después del enunciado de que los franciscanos cierran filas en Alicante por falta de vocaciones, me viene a la memoria la imagen de la medium que recibe mensajes de la Virgen, cerca del Escorial, y de comunicados directos de Jesús y hasta del mismo Dios. Veamos cómo no van a cerrar por falta de seminaristas, si los dictados amorosos son de esta categoría.
OJO AL DATO CON ESTA PERLA DEL DIARIO DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA:
"Al final del Via Crucis que yo estaba haciendo, el Señor Jesus empezó a quejarse de las almas de los religiosos y de los sacerdotes, de la falta de amor en las almas elegidas. Permitiré destruir los conventos y las iglesias. Contesté: Jesus, pero son tan numerosas las almas que Te alaban en los conventos. El Señor contesto:
Esta alabanza hiere Mi Corazón, porque el amor ha sido expulsado de los conventos. Almas sin amor y sin devoción, almas llenas de egoísmo y de amor propio, almas soberbias y arrogantes, almas llenas de engaños e hipocresía, almas tibias que apenas tienen el calor suficiente para mantenerse vivas. Mi Corazón no puede soportarlo. Todas las gracias que derramo sobre ellas cada día, se resbalan como sobre una roca. No puedo soportarlas, porque no son ni buenas ni malas. He instituido conventos para santificar el mundo a través de ellos. De ellos ha de brotar una potente llama de amor y de sacrificio. Y si no se convierten y no se inflaman de su amor inicial, las entregaré al exterminio de este mundo...
¿Como podrán sentarse en el trono prometido, a juzgar el mundo, si sus culpas pesan más que las del mundo? Ni penitencia ni reparación... Oh corazón que Me has recibido por la mañana y al mediodía ardes de odio contra Mi bajo las formas más variadas. Oh corazón, ¿habrás sido elegido especialmente por Mi para hacerme sufrir más? Los grandes
pecados del mundo hieren Mi Corazón algo superficialmente, pero los pecados de un alma elegida traspasan Mi Corazón por completo...
Cuando trate de intervenir en favor de ellas, no pude encontrar nada para justificarlas y sin poder imaginar nada en aquel momento en su defensa, se me partió el corazón de dolor y llore amargamente. Entonces, el Señor me miro amablemente y me consolo con estas palabras: No llores, todavía hay un gran número de almas que Me aman mucho, pero Mi Corazón desea ser amado de todos y, debido a que Mi amor es grande, los amenazo y los castigo.
(Diario de Santa Faustina Kowalska, nums. 1702 y 1703).
viernes, 31 de agosto de 2012
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