España debe coger el toro por los cuernos y decidirse a hacer lo mismo que Grecia. No podemos permitir unas condiciones inhumanas, por parte de la UE, y encima consentir que por nuestras calles circulen individuos de todas las nacionalidades sin un medio de subsistencia. No podemos permitir que nuestras calles, plazas y playas, se infesten de espermatozoos indígenas en contraste con nuestra forma de vivir, pensar y expresar. España no debe ser un estercolero de gente sin escrúpulos y pululando sin orden ni concierto. La emigración debe ser controlada ya, y deportar a los no contratados a sus países de origen o naciones próximas. Las fronteras deben reimplantarse en contra de una globalización no aceptable.Los emigrantes buscan la confrontación bajo el lema de xenofobia y racismo, porque saben que los jueces claudican ante estos epígrafes. Ninguna nación, España, Italia, Grecia, Portugal, puede globalizarse con los restos de los parados, asesinos, delincuentes, mafias, y demás chusma que los gobiernos de Europa del Este, Africa, Sudamérica, no quieren por sus calles y avenidas, porque dañan la reputación del país y por tanto del turismo. Las rumanas roban los teléfonos móviles que luego venden a los sudamericanos en los locutorios, a la vez que éstos los revenden y manufacturan sus euros en negro a través de estos negocios tapadera. Los mercenarios rusos, y cuanto hombre venido de esos lares, se apropia de motores de agua de los granjeros españoles, así como el cobre de las telefonías, el cobre de las conducciones de agua, revientan escaparates, relojerías, en fin, para qué seguir permitiendo que España se globalice con este nivel de gente. ¡Fronteras ya, y pateras de regreso!
lunes, 6 de agosto de 2012
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