miércoles, 26 de julio de 2017

ángeles y demonios

El rey Felipe VI, recibido por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont , junto a la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría y la alcadesa de Sant Cugat, Merecè Consesa, a su llegada al CAR de Sant Cugateso es la política. Un coro de ángeles y demonios que juegan a ver quién domina a quién.O todos ángeles o todos demonios. La ambivalencia es la madre de todas las desdichas. La madre de todas las ideologías con derecho al mimetismo, a la ambición, al odio. Este impresentable de Felipe, no tiene dos dedos de frente. Todo lo que tiene de alto, lo tiene de tonto. No sabemos muy bien para qué ese talante de buenismo autonómico. El muchacho no debería ir a decirle a Puigdemont que por favor no siga con el independentismo. El memo debería apoyar a Mariano, para que Mariano no le baje la regla en el momento menos oportuno. El Estado somos los ciudadanos y si no lo ven así, debemos dejar de pagar impuestos y demandar parte o toda...: de otra autonomía. Si así es como debemos proceder para que nos hagan caso desde las altas instancias del gobierno... hagámoslo.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el acto del PDECat de este martes por la tarde, en Barcelona.En la otra imagen el Felipe demandando unidad, y en esta otra imagen con el regalo de una urna de metacrilato. Se ha pasado el pasamanos del Rey por el arco del triunfo. Y, el Rey, ¿no lo ve? Sí, tontos, si que lo ve, pero siguen haciendo el paripé por lo que cobran algunos, y hacen bolsa otros.
Y, de este modo grosero, nos tienen a todos encandilados moviéndonos de un sitio para otro, buscando el ovillo al que pertenece la hebra que agarra el memo de Puigdemont. ¡Así nos va!

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